sábado, 6 de noviembre de 2010

Génesis 11:6

Y José Luis comprendió que necesitaba reaccionar ante la alarmante tasa de desempleo de su pueblo, y se dispuso a orar. Al no escuchar respuesta alguna, decidió dar un paseo entre los cipreses. Vio a un gato en lo alto de una rama y le preguntó. El gato abrió un ojo, el derecho, y a continuación el izquierdo. Relamió uno de sus bigotes. Cerró el ojo derecho. Lo volvió a abrir. Y le dijo: "La y griega mutará en ye, los hijos pasarán a llamarse como sus madres, a veces, para lamento de futuros estudiosos de la genealogía y no sólo sólo perderá su tilde". A continuación, volvió a cerrar sus ojos, se acurrucó, y comenzó a lamerse los genitales.

José Luis se quedó meditabundo un instante, tal vez dos. Se le iluminó la cara y salió corriendo lleno de alborozo en dirección a la entrada principal. Junto a los escalones de la misma se encontró a un niño pequeño, y procedió a narrarle lo sucedido lleno de excitación. Cuando finalizó el relato y proclamó que ese mismo día procedería a resolver los problemas de su pueblo, el niño lo miró fijamente y le cruzó la cara de un guantazo.

martes, 2 de noviembre de 2010

Y ya puestos a reconocer cambios de opinión...

Dado que acabo de reconocer que me he vuelto más idealista con los años, supongo que es un buen momento para hacer público que hace unos años que cambié de opinión sobre el papel de la energía nuclear. Antes pensaba que era una alternativa viable para solucionar nuestros problemas energéticos. Hoy, no. El causante del cambio fue este informe que redactaron personas que dedicaron algo más de tiempo que yo a pensar sobre este asunto:

 http://web.mit.edu/nuclearpower/

Aprovecho también para explicar que no veo nada malo en cambiar de opinión, y eso me lleva a reflexionar sobre por qué la mayoría de las personas que conozco no disfrutan discutiendo.

No sé por qué, mucha gente confunde la idea con el sujeto que la defiende, e identifican un ataque a sus ideas con un ataque personal. Nada más lejos de la realidad. Básicamente, dos ideas pueden ser compatibles o no (bueno, aceptaré la posibilidad de una compatibilidad parcial). Cuando dos personas poseen opiniones incompatibles respecto a un mismo asunto, lo ideal es que debatan, cada cual tratando de destruir los argumentos del rival con los propios. Si una de las partes tiene suficientes argumentos a favor, su idea debería ser reconocida como superior, y aceptada por los dos. Es así, mediante un proceso de competencia entre ideas que podemos aspirar a tener un conjunto de ideas "mejores" con el tiempo. Sin embargo este proceso no suele ser así de fluido. Los participantes en el debate tienden a confundir objeto con sujeto, atacan al otro, y se sienten ofendidos cuando sus ideas son atacadas. Parece que cierto cariño hacia las ideas adquiridas impide que las dejemos morir, curisoso, teniendo en cuenta que todas nuestras ideas fueron adquiridas en algún momento. Esto parece acentuarse cuando la discusión trata sobre política o religión (muchas personas llegan incluso a considerar la discusión sobre temas religiosos como un tabú).

A lo largo de mi vida he cambiado de ideas muchas veces, y espero que siga siendo así. Me gustaría que los demás lo asumiesen con la misma naturalidad. Nos evitaríamos muchos conflictos.

Kant o The matrix

La verdad es que aún recuerdo el poco respeto que tenía por los idealistas cuando era más joven. Platón me parecía infantil, y Kant un retorcido mental. Sin embargo, he de reconocer que con el tiempo me he ido aproximando a sus posturas. Cada vez me doy más cuenta de lo tontos que somos, y me maravilla ver hasta qué punto la evolución ha logrado perfeccionar mecanismos de engaño que nos permiten dar sentido a nuestro entorno basándonos en una capacidad limitada de procesar información. Me parece que la influencia del sistema operativo con que venimos de serie en nuestra percepción del mundo es mucho mayor de lo que habría estado dispuesto a reconocer hace unos años. Más que un cerebro capaz de procesar la información que le llega del exterior, tenemos un magnífico simulador de la realidad, que es capaz de usar una pequeña parte de la información que llega para disparar una reacción automática, y una ínfima parte de la misma información para reflexionar.

Como he dicho, somos mucho más tontos de lo que creemos, y eso me lleva a tener más respeto por el resto de animales que pueblan este planeta, incluidos otros de mi misma especie.