viernes, 6 de agosto de 2010

La educación en España (IV)

Una educación no puede ser mejor que los profesores que la imparten. Un estudio comparativo que realizó la consultora para la que trabajo confirmó esta premisa. Basándose en los resultados del informe de Pisa, se buscó qué tenían en común sistemas educativos de países tan dispares como Singapur y Finlandia, y qué les diferenciaba de otros sistemas educativos que obtenían peores puntuaciones. En general, los países con alta puntuación eran aquellos en los que la profesión de profesor es prestigiosa, el acceso relativamente complicado, y la remuneración competitiva respecto a la de otras alternativas. Tan sencillo como eso, esfuérzate en tener buenos profesores, y tendrás una buena educación. Págales poco, selecciona entre los jóvenes menos brillantes, facilita el acceso a la profesión, quitáles la autoridad en clase y el prestigio fuera de ella y ya puedes gastarte el dinero que quieras en ordenadores y edificios, que tendrás una educación mediocre.

Como siempre, la receta detallada requerirá de un análisis profundo, y será necesario experimentar con varias alternativas, pero mi propuesta iría por estas líneas:

- Atraer a candidatos de todas las escuelas, no necesariamente sólo de las de pedagogía. A enseñar se aprende enseñando, no sólo en la universidad. Para ello hará falta subir el sueldo de entrada, aunque sea a costa de una menor progresión con el tiempo o de un mayor número de alumnos por profesor. Un buen profesor dará mejor educación a 40 niños que dos mediocres a 20 cada uno.

- Preocuparse por la formación continua de los profesores. Esto incluiría la asistencia a clases de colegas para que las mejores prácticas se diseminen lo antes posible. Un esquema sensillo consistiría en que una vez por semana, cada profesor asistiese a la clase de un colega, y tras ella mantuviese una reunión con él para discutir acerca de qué cosas ha visto que hace diferente... Estos intercambios se deberían hacer tanto dentro del centro, como con otros centros.

- Rediseñar el sistema de compensación, incluyendo una componenete variable, en función del desempeño.

- Aunque esto pueda resultar utópico, hacer del despido una posibilidad.

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