jueves, 12 de agosto de 2010

Política y transparencia

A los economistas les encanta hablar de los conflictos principal-agente. Básicamente consiste en que a menudo, los intereses de un agente y su principal divergen, y eso suele dar problemas. Ejemplos clásicos serían el de los accionistas y los gestores de las empresas, tu jefe y tú, o los políticos y sus electores.

A los accionistas les gustaría que los gestores dedicasen todo su esfuerzo a aumentar el valor de sus acciones, mientras que a los gestores les puede interesar más jugar al golf, viajar en un jet privado a costa de la empresa, o lanzarse a comprar empresas para satisfacer sus ansias de construir imperios. Del mismo modo, a los electores les gustaría que los políticos se dedicasen a suministrar una serie de servicios públicos al mínimo coste, y legislasen con el fin de facilitar la actividad de la sociedad sin interferir en exceso. A los políticos les puede interesar más aumentar sus poderes para satisfacer el pequeño dictadorcuelo que habita en su interior, discutir y hacer ruido en lugar de trabajar, viajar por todo el mundo a costa del erario público, aumentar las dietas, o multiplicar el número de cargos públicos y funcionarios, incrementando así su capacidad de influencia y sensación de poder.

Si tu jefe pudiese controlar en todo momento qué haces o los accionistas lo que hacen sus gestores, no habría ningún problema. Pero la asimetría en la información está en la raíz de este tipo de conflictos. El director general de una empresa la conoce mucho mejor que sus accionistas, y en general puede servirse de esta ventaja para actuar según sus propios intereses. Para tratar de reducir esta asimetría de información, se establecieron una serie de normas contables, de modo que aunque no son perfectas, permiten que la información sobre el estado de la empresa fluya hacia los accionistas.

Del mismo modo, deberíamos establecer una serie de normas "contables" para que los gobiernos reporten a sus ciudadanos periódicamente. Mayor transparencia en los datos que se transmiten, y más facilidad para analizarlos y compararlos permitirían a la sociedad decidir qué problemas importan y cuáles no tanto, y sobre todo, juzgar mejor la labor de los políticos. No hace falta inventar nada, simplemente implementarlo. Por ejemplo:

- CapitalIQ: para aquellos que estéis familiarizados con esta herramienta comprenderéis porqué sueño con que pueda haber algo parecido para las administraciones públicas. Imaginad una simple hoja excel interactiva que os permita analizar todos los gastos incurridos por la administración (así como el presupuesto para el año próximo). La hoja os permitiría ver el nivel de detalle que queráis. ¿Que quieres ver cuál ha sido el gasto en medio ambiente el año pasado? Lo tenéis. ¿Que quieres saber cuánto se gastó en repoblación en la Sierra de Gata, y cuánto de eso fue salarios, cuanto transporte, ...? Lo tienes.

- Gapminder: a nivel más macro, sería maravilloso implantar algo parecido a esta web para las administraciones públicas. Deberían incluirse todas las administraciones, no sólo la nacional, para permitir comparaciones entre comunidades autonómas, entre ayuntamientos... Permitiría además ver tendencias históricas.

Habrá quien tenga dudas acerca de las posible manipulación de los datos (clasificación interesada de las partidas...). Para evitarlo, sería conveniente que todos los datos estuviesen también disponibles en bruto (a nivel de los tickets de restaurante que pase cada concejal, con nombre y apellidos), y la primera comprobación sería que el total sumase todo el dinero gastado por cualquier organismo público.

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